Dra. Yolanda Calderon, Directora
Dra. Yolanda Calderon, Directora
ConPaz
Con Paz y amor
Te abraza cada día
el Creador
Él la brújula es
Tu Norte y Eternidad.
ConPaz traerá serenidad
Cuando hayas compartido
Tu soledad.
ConPaz esta aquí para ayudar
A cada mujer en su andar
ConPaz valor te dará
Y a entender te ayudará
Que la vida es tu responsabilidad
Que Dios no te abandonará
Que te ama en verdad.
Y que la violencia en tu entorno
Desaparecerá
Si con fe, valentía y unidad
La confrontas con la verdad.
Sólo ganarás Libertad
Y tu familia más feliz será.
Escrito por: Margarita Chulde
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Cuál es el valor de un hombre?
¡Velad debidamente y sé consciente de tu exaltada condición!
Los hombres son como la hierba y su gloria como la flor de la hierba. Sin embargo, son tan valiosos que Dios los pone sobre la obra de sus manos. Son tan valiosos que los ángeles son enviados para servicio de ellos, los que heredarán la salvación.
Dios no cuida de los ángeles. No tiene un plan de salvación para ellos. Cuando pecaron, Él no pensó cómo iba a salvarlos. Sino que arrojándolos al infierno los entregó a prisiones de oscuridad, para ser reservados al juicio. 2 Pedro 2,4.
Dios envió a su Hijo unigénito para salvación
No es así con los hombres. Por ellos no se da por vencido. Él no quiere la muerte de ningún pecador, sino que tiene un plan de salvación para ellos. Son tan valiosos que envió a su propio Hijo unigénito a la humanidad. Jesús como niño participó de carne y sangre y fue un hombre en su caminar. (Hebreos 2,14 y Filipenses 2,8.)
Jesús nos abrió un camino nuevo y vivo hacia el Lugar Santísimo, y fue nuestro precursor. Él aprendió la obediencia por lo que padeció. Es el autor y consumador de la fe y el autor de nuestra salvación. Él santifica, y nosotros somos santificados. De uno somos todos, y no se avergüenza de llamarnos hermanos. Somos tan valiosos para Jesús una vez que pone su mano sobre nosotros, que es un honor para Él reunirse con su Padre rodeado de nosotros como hermanos. (Hebreos 2, 10-12.
Los hombres son demasiados valiosos para ser tratados de igual forma cuando pecan, como es con los ángeles. No, la muerte vino a causa de un hombre, así que Dios preparó un plan de salvación de inmediato. Dejó que su Hijo naciera en la humanidad, así que paso a ser el Hijo de Hombre, y se convirtió en el otro Adán. El primer Adán anduvo el camino de desobediencia a la muerte para toda la humanidad. Sin embargo, el otro Adán anduvo el camino de obediencia a la vida para la humanidad. Por lo tanto, por un hombre es también la resurrección de los muertos. (1 Corintios 15, 20-21) Él es el primogénito de los muertos. (Apocalipsis 1,5) Ahora tenemos libertad de elegir a quién queremos seguir.
Llamados a ser conformes a Cristo
Somos tan valiosos, que aunque habiendo caído profundamente en el pecado, la salvación en Cristo puede hacernos reyes y sacerdotes con Él. Sí, los santos juzgarán al mundo e incluso a los ángeles. (1 Corintios 6, 2-3, 9-11).
Estamos llamados a ser conformes a Cristo, para que Él sea el primogénito entre muchos hermanos.
Puesto que la salvación en Cristo es tan grande, y Dios tiene tales planes con nosotros, ¿cuán bajo y malo no es para nosotros caer bajo la esclavitud de nuestros deseos, y sufrir a causa de preocupaciones por cosas corruptas terrenales? ¿Cuán bajo no es ir por ahí ofendido y desanimado y con maldad, viviendo en el adulterio y la injusticia?
Estamos llamados a ser conformes a Cristo, para que Él sea el primogénito entre muchos hermanos. Él ha contado todos los cabellos de nuestra cabeza, y sabemos que todas las cosas ayudan para nuestro bien. ¿Cuán bajo no es ir por ahí y murmurar y estar descontento y quejándome? (Romanos 8, 28-29).
Por lo tanto, ¡velad debidamente y sé consciente de tu exaltada condición!
Escrito por: Pastor Jose Rivas
Cuál es el valor de un hombre?
¡Velad debidamente y sé consciente de tu exaltada condición!
Los hombres son como la hierba y su gloria como la flor de la hierba. Sin embargo, son tan valiosos que Dios los pone sobre la obra de sus manos. Son tan valiosos que los ángeles son enviados para servicio de ellos, los que heredarán la salvación.
Dios no cuida de los ángeles. No tiene un plan de salvación para ellos. Cuando pecaron, Él no pensó cómo iba a salvarlos. Sino que arrojándolos al infierno los entregó a prisiones de oscuridad, para ser reservados al juicio. 2 Pedro 2,4.
Dios envió a su Hijo unigénito para salvación
No es así con los hombres. Por ellos no se da por vencido. Él no quiere la muerte de ningún pecador, sino que tiene un plan de salvación para ellos. Son tan valiosos que envió a su propio Hijo unigénito a la humanidad. Jesús como niño participó de carne y sangre y fue un hombre en su caminar. (Hebreos 2,14 y Filipenses 2,8.)
Jesús nos abrió un camino nuevo y vivo hacia el Lugar Santísimo, y fue nuestro precursor. Él aprendió la obediencia por lo que padeció. Es el autor y consumador de la fe y el autor de nuestra salvación. Él santifica, y nosotros somos santificados. De uno somos todos, y no se avergüenza de llamarnos hermanos. Somos tan valiosos para Jesús una vez que pone su mano sobre nosotros, que es un honor para Él reunirse con su Padre rodeado de nosotros como hermanos. (Hebreos 2, 10-12.
Los hombres son demasiados valiosos para ser tratados de igual forma cuando pecan, como es con los ángeles. No, la muerte vino a causa de un hombre, así que Dios preparó un plan de salvación de inmediato. Dejó que su Hijo naciera en la humanidad, así que paso a ser el Hijo de Hombre, y se convirtió en el otro Adán. El primer Adán anduvo el camino de desobediencia a la muerte para toda la humanidad. Sin embargo, el otro Adán anduvo el camino de obediencia a la vida para la humanidad. Por lo tanto, por un hombre es también la resurrección de los muertos. (1 Corintios 15, 20-21) Él es el primogénito de los muertos. (Apocalipsis 1,5) Ahora tenemos libertad de elegir a quién queremos seguir.
Llamados a ser conformes a Cristo
Somos tan valiosos, que aunque habiendo caído profundamente en el pecado, la salvación en Cristo puede hacernos reyes y sacerdotes con Él. Sí, los santos juzgarán al mundo e incluso a los ángeles. (1 Corintios 6, 2-3, 9-11).
Estamos llamados a ser conformes a Cristo, para que Él sea el primogénito entre muchos hermanos.
Puesto que la salvación en Cristo es tan grande, y Dios tiene tales planes con nosotros, ¿cuán bajo y malo no es para nosotros caer bajo la esclavitud de nuestros deseos, y sufrir a causa de preocupaciones por cosas corruptas terrenales? ¿Cuán bajo no es ir por ahí ofendido y desanimado y con maldad, viviendo en el adulterio y la injusticia?
Estamos llamados a ser conformes a Cristo, para que Él sea el primogénito entre muchos hermanos. Él ha contado todos los cabellos de nuestra cabeza, y sabemos que todas las cosas ayudan para nuestro bien. ¿Cuán bajo no es ir por ahí y murmurar y estar descontento y quejándome? (Romanos 8, 28-29).
Por lo tanto, ¡velad debidamente y sé consciente de tu exaltada condición!
Escrito por: Pastor Jose Rivas